Joyas de oro o plata Elige las que más favorezcan a tu tipo de piel.
Un punto importante es conocer ¿Cuál es tu tipo de piel? Cuando se habla de este tema normalmente solemos hablar en términos de pieles blancas o morenas. Pero es cierto que, en cada una de ellas, hay muchísimas tonalidades y matices que hace más complicado el saber nuestro tipo de piel.
Existe otra manera de diferenciar tu tipo de piel y es por ello que las diferenciaremos en pieles frías y cálidas, por lo que las primeras tendrán un color más azulado. En las pieles más oscuras esta tonalidad desaparece llegando a ser inexistente en el momento en el que las pieles sean más morenas, lo que denominaremos como pieles cálidas.
Si aún tienes duda sobre tu tono de piel puedes hacer el siguiente ejercicio: Mira la parte interna de tu muñeca y analiza el color de tus venas.
Si es azulado, tu piel es fría.
Si es verdoso, tu piel es cálida.
Es muy importante conocer cuál es el tono de tu piel ya que no todos los metales, ni piedras combinan a la perfección con todos los tipos de piel.
Joyas para pieles frías.
Las pieles frías y pálidas se verán realzadas con brillos plateados.
La plata u oro blanco son la opción perfecta por la similitud de sus reflejos con la piel, creando una imagen perfecta. El oro amarillo desluce en este tipo de piel, ya que palidece su brillo.
Joyas para pieles cálidas.
El oro amarillo es el compañero perfecto para las pieles más cálidas y/o bronceadas.
Este tipo de piel admite también la plata y oro blanco ya que sobre ella cualquier metal brilla más. No obstante, el oro amarillo es su joya ideal.
En resumen, si eres de piel fría, te verás mejor con joyas plateadas y si eres cálida, con las doradas.
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