Los cuentos de hadas si existe.
Mis primeros recuerdos y sin duda los más valiosos son cuando mis papás me leían cuentos de hadas, donde los príncipes lucharán contra cualquier dragón o bruja para estar con la mujer que aman. Al terminar cualquier historia, mis padres siempre me recordaban que era muy importante que supiera que el amor es la mejor magia, pues este sentimiento tan puro sería incapaz de dañar a alguien y por supuesto que ellos quieren que seamos felices y me dijeron que nunca dejará de creer.
Con los años fui creciendo y ya no era aquella niña que adoraba las historias de amor, pero siempre que las recordaba en mi cara se dibujaba una sonrisa y me brillaban los ojos, pues el recuerdo del amor que había recibido de niña, me haría eternamente feliz. Mis padres siempre me decían que era muy importante que todo lo que hiciera fuera con amor y dedicación, consejo que aplicó todos los días y en toda acción que haga.
Sin embargo, muchas veces la vida no parece ser como la pintan en los cuentos, pues tiene su manera de sorprendernos, pero a pesar de que existen muchas diferencias, algo en lo que nunca se equivocan es que el amor siempre es el camino correcto. Durante mi adolescencia tuve dos relaciones muy largas, en las que aprendí muchas cosas, ame conocerme y aceptar todos mis defectos y virtudes, cosa que en los cuentos de hadas no suelen enseñarse.
Tiempo después me fui a estudiar a España, pues ahí se encuentra una de las mejores universidades de periodismo y realmente mi pasión por mi carrera me motiva a ser mejor todos los días y no dejar de trabajar por lo que uno quiere. Ahí conocí a Javier, a pesar de que ya nadie me leía cuentos, yo sabía que en algún momento iba a encontrar al hombre indicado, el no pelea contra dragones, ni escala la montaña más grande para rescatarme, pero si me ama como soy.
Escribo esta historia con el anillo de compromiso más bonito, es imposible no ver como su brillo ilumina toda la habitación, al crecer me di cuenta de que realmente los cuentos de hadas sí existen, pero no son como los cuentan, son mucho mejor. Pero aprendí de ellos que el amor que das, es el mismo que recibes. Por lo que hoy les cuento mi historia, pues es importante amar todo lo que haces, quien eres, a tus seres queridos y por supuesto, a la persona con la que planeas pasar el resto de tus días mientras viven en un cuento de amor.
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